La trompeta de los muertos (Craterellus cornucopioides) es una de las setas más apreciadas en la gastronomía y, a la vez, una de las más singulares en apariencia. Su característico color oscuro y su forma de embudo le han valido nombres populares como «trompeta negra» o «cuerno de la abundancia». A pesar de su aspecto poco llamativo en el bosque, su sabor y versatilidad la convierten en un ingrediente estrella en muchas cocinas europeas.
Características de la trompeta de los muertos:
El Craterellus cornucopioides se distingue por su peculiar morfología y color. Su sombrero es hueco y en forma de trompeta, con bordes irregulares y una superficie que varía del gris oscuro al negro. La parte inferior del sombrero presenta una textura lisa o ligeramente arrugada en lugar de láminas, una característica típica del género Craterellus.
Tamaño y forma:
- Altura de entre 5 y 12 cm.
- Sombrero en forma de embudo con bordes ondulados.
- Superficie superior aterciopelada, de color gris oscuro a negro.
- Pie hueco, delgado y con continuidad directa con el sombrero.
Esporas y hábitat
- Esporas de color blanquecino.
- Crece en bosques caducifolios, principalmente bajo hayas y robles.
- Prefiere suelos húmedos y ricos en materia orgánica.
- Se encuentra en grupos o colonias, formando a veces grandes alfombras en el suelo del bosque.


Dónde y cuándo encontrar Craterellus cornucopioides?
La trompeta de los muertos suele aparecer en otoño, especialmente tras las primeras lluvias de septiembre y octubre. Su hábitat preferido son los bosques caducifolios, con especial predilección por suelos calcáreos. Es común en Europa y América del Norte, pero también puede encontrarse en algunas zonas de Asia.
Zonas donde crece:
- Bosques de hayas, robles y castaños.
- Suelos húmedos y ricos en humus.
- En zonas sombrías, donde la humedad se mantiene más tiempo.
Su capacidad de mimetizarse con el suelo y las hojas secas hace que sea difícil de detectar, pero una vez que se encuentra una, es probable hallar muchas más en la misma área.
Propiedades gastronómicas y culinarias:
A pesar de su aspecto poco atractivo, la trompeta de los muertos es una de las setas más apreciadas en la gastronomía. Su intenso sabor, con matices que recuerdan a la trufa y la nuez, la hace ideal para múltiples preparaciones.
Usos culinarios:
- Se puede consumir fresca, aunque su sabor se intensifica cuando se seca.
- Es ideal para salsas, cremas, guisos y arroces.
- Se puede triturar en polvo para potenciar el sabor de otros platos.
Al secarse, su aroma y sabor se concentran aún más, convirtiéndola en un excelente condimento para sopas y salsas.


Posibles confusiones con otras especies:
A diferencia de muchas setas comestibles, la trompeta de los muertos tiene pocas especies con las que pueda confundirse, y ninguna de ellas es tóxica. Sin embargo, pueden presentarse dudas con:
- Craterellus cinereus: muy similar, pero con un color más grisáceo.
- Craterellus fallax: más común en Norteamérica, con esporas de color amarillo en lugar de blancas.
Afortunadamente, ninguna de estas confusiones supone un peligro para la salud, lo que la convierte en una seta segura para los recolectores.


Conservación y almacenamiento:
Para disfrutar de su sabor durante todo el año, la trompeta de los muertos se puede conservar de varias formas:
Métodos de conservación:
- Deshidratada: la opción más común, ya que potencia su sabor y facilita su almacenamiento.
- Congelada: se pueden guardar enteras o en preparaciones listas para usar.
- En polvo: una vez seca, se puede triturar para usar como condimento.


Consejos para una recolección sostenible:
Para garantizar la conservación de esta especie y su entorno, es importante seguir algunas normas básicas:
- Recolectar solo las que se van a consumir.
- Utilizar una cesta de mimbre para permitir la dispersión de esporas.
- Evitar remover el suelo innecesariamente para no dañar el micelio.
- No recolectar en zonas protegidas o en reservas naturales donde esté prohibido.
La trompeta de los muertos (Craterellus cornucopioides) es una seta con un gran valor gastronómico y micológico. Su sabor, su versatilidad en la cocina y su fácil conservación la convierten en una de las setas más apreciadas por los amantes de la micología. Aunque su recolección puede ser un reto debido a su capacidad de camuflaje, encontrar un grupo de ellas en el bosque es todo un premio para cualquier recolector. Si se respeta su entorno y se recolecta de manera responsable, podremos seguir disfrutando de esta joya natural durante muchas temporadas.